sábado, 6 de julio de 2013

Hazlo amigo, hazlo

Hazlo amigo, hazlo.







De Angelillo de Uixó.



Oh compañero de la balsa de Medusa.

¿ No ves mi amado que nuestra balsa va sin rumbo en medio de un paz monótona, sufriendo los golpes de la injusta fortuna, el revés del amor, y el tedio de una vida sin movimiento?

¿No ves mi amado compañero que la llama del candil de nuestra existencia apenas alumbra estás tinieblas?

¿ OH a donde vas, a donde vas, hermano?




Ya no nos queda fuerza para remar, y el mar está muy calmo, necesita mucha energía para poder movernos.

El movimiento es vida, y nosotros no nos movemos.

Yo renuncie a la voluntad, al movimiento.

¿Se puede vivir sin voluntad, sin rumbo?

Oh si hermano. La voluntad la energía que nos quieren imponer no se puede. Es cómo la inteligencias: se nace con ella.

Yo lo supe pronto y aquí estoy contigo.

Pero tu compañero no lo hiciste, y sufres.






Yo no sufro por no tener voluntad, ni fuerza, por no brillar, ni por sufrir el desprecio de los demás.

Me gusta.

Pero tu ángel mío sufres, y yo me conmuevo

Oh amigo hazlo, hazlo.

Apaga esa débil llama, deja que otras llamas más fuertes brillen en la oscuridad de la existencia y disfruten de su luz hasta consumirse en su vorágine, plenos, dichosos, felices.

Hazlo amigo, hazlo.

Yo te ayudaré.





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Hazlo amigo, hazlo. por Ángel Blasco Giménez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.

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